La motivación determina el grado de actitud que va a poner un estudiante en sus estudios y por lo tanto, está íntimamente ligado al rendimiento académico. Un alumno sin motivación no va a prestar interés en la materia ni esforzarse en ella. Por ello, uno de los principales compromisos de la educación es fomentar la motivación y el compromiso en los alumnos además, la curiosidad que fomenta el juego es un elemento positivo para activar un buen estado anímico del alumno, facilitando la adquisición de los contenidos y permitiéndole avanzar en la materia.
Si se usarán los elementos del juego dentro de una metodología gamificadora, el docente aprovecharía la carga psicológica intrínseca del juego para potenciar dichos procesos cognitivos y conseguir que el alumno se active en la dirección correcta, así como impedir que decaiga su conducta pese a encontrar dificultades en su realización. La incorporación de la gamificación cumple con elementos tanto técnicos como lúdicos para activar y motivar al alumnado.
TIPOS DE ALUMNOS
Existen dos tipos de alumnos en función de la procedencia de su motivación:
Alumnos con motivación extrínseca.
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